Mi personalidad y su relación directa con el contenido de mi refrigerador.

Paseando por el blog del fotografo Rodolfo Schmidt, me encontré con uno de sus proyectos fotográficos que consiste en retratar a una persona junto con los contenidos de su refrigerador.  Me pareció interesante ver la relación que existe entre tú + tu despensa, pero también me enseño que jamas debemos juzgar a una persona sin haber visto previamente su refrigerador, puede que un sujeto sea SPR crustie punk pero al llegar a casa disfrute de tres tipos de quesos y una copa de vino, who knows tal vez el guapo de la vuelta sólo se alimente de los cadáveres congelados de sus ex-novias. #2spooky


La primera fotografía que me llamo la atención fue la de este hombre que me da unas vibras intensas a las de Begbie de la película Trainspotting o de Mad Twatter de la serie británica de Skins. Vibras que se ven basadas en el bigote de dealer / psycho crazy guy. Además, nótese lo cuidadosamente pulcro + ordenado que esta su fridge, sospechoso.

Acá tenemos a un bro adicto a la cafeína / desvelado, una de esas dos, siempre listo para todo, como su refri. Con solo ver este imagen siento el rush de la cafeína y me dan una tremendas ganas de reacomodar mi despensa y aprovechar -absolutamente- todos los espacios sin dejar uno solo libre, sin mencionar las ganas que me dan de autodiagnosticarme con trastorno obsesivo compulsivo.

Me encontré con dos bros postminimalistas; uno de ellos se alimenta exclusivamente de Kalles Kaviar sueco, que es básicamente caviar para untar.

El segundo tiene su refrigerador en un constante parecido al Estado del Arte, aunque me dan vibras de que usa todo el espacio libre para almacenar los cuerpos de sus victimas. Vía psychokiller vibes, again.

Es obvio que tener tu refrigerador -casi- vació te convierte en una persona interesante. - FACT
Pero, ¿qué sucede cuando nos vamos al otro extremo y nos volvemos compradores de despensa compulsivos post-irónicos para mantenernos interesantes Y con el estomago lleno? Esta es la pregunta que ella se hace mientras reflexiona sobre la existencia humana cada vez que camina por el pasillo de lácteos en Wal Mart.

Después de ver estas fotografías no volveré a juzgar a alguien mientras no halla visto su refrigerador. Me pregunto que pensarían mis conocidos si llegaran a ver mi despensa, antes que nada les haría saber que todos esos litros de Coca Cola Light no son dañinos, y que comer cuatro kilos de spicy manguitos a la semana no ha matado a nadie. 

[Si quieres continuar viendo retratos + refrigeradores dirígete a este [link]. Toda la fotografía en esta entry fue realizada por Rodolfo Schmidt Otero.]